La auténtica verdad del cristianismo es que Saulo de Tarso se inventó a Jesucristo

El que un nazareno demente deambulara o no por los desiertos palestinos no tiene relevancia alguna, puesto que fue Saulo de Tarso, tras sufrir una conmoción cerebral, quien se inventó toda esas patrañas sobre palomas fornicadoras, vírgenes judías y demás estupideces solo aptas para los débiles mentales del rebaño cristiano.

En este breve video extraído de la ya clásica película de
Martin Scorsese «La última tentación de Cristo» se plantea una verdad
mucho más coherente y verídica que todas esas disparatadas creencias en
nazarenos con superpoderes. Aquí Saulo de Tarso (que por cierto es el verdadero
inventor del cristianismo, ya que sin él los seguidores de Cristo serían otra
secta desconocida del judaísmo) le explica al asombrado Jesús de carne y hueso
que él y el Hijo de Dios no tienen ninguna relación, porque todo es un
monumental engaño para llevar la mentirosa esperanza de que no importan las
injusticias de este mundo y no es necesario luchar contra ellas porque una vez
muertos los oprimidos serán recompensados. Impagable es la respuesta de Saulo
ante un desconcertado Jesús: «si tengo que crucificarte te crucifico, si
tengo que resucitarte te resucito» en un torticero todo vale para mis
intereses.

Y por supuesto esta fatalista filosofía no podía pasar desapercibida al poder, ya que es la mejor justificación de toda opresión y la mejor garantía de que los explotadores de toda condición pueden seguir esclavizando impunemente a sus siervos, porque no hay peores cadenas que las que se crean en la mente de los más ignorantes.